¡Ah! 

Segunda publicación poética de José Alfonso Bolaños Luque. ¡Ah! se subtitula Novela Lírica para anunciar  que se abandona el formato de poemario como colección de poemas sucesivos y se adopta otro un poco más elaborado: dos narradores jóvenes van transmitiendo impresiones, sensaciones y vivencias de un personaje, Felipe. Este lee el Libro de Meditaciones Intra-ascendentes, y por lo general aparece un texto de este libro en cursiva al principio, como introducción del pensamiento poético o vivencia del personaje lector, generalmente un poema o prosa lírica.        

                                                                                                                                                 

           Lo publica, como Extramuros, la División Editorial Publi-SHER, en 1999. Las ilustraciones, tanto de la portada como las interiores, son de Manuel Corona Bravo y contiene además aportaciones poéticas de Pedro Jimeno Muñoz. 
           Juan Antonio Pacheco, Vicedecano de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla en ese año de 1999, dice del libro:

       Un libro enterrado = la no-lectura absoluta potencialmente dispuesta a todos los lectores. De ahí parte la segunda etapa del periplo poético que J. A. Bolaños empezó con su lúcido Extramuros.

          Y ahora, un ¡Ah! de descubrimiento, de iluminación personal, el eureka de un poeta cuyo segundo libro, para él y para los poetas verdaderos, constituye un viaje hacia dentro, subjetivo, intramuros. [...]  

 

        Y  Mª Dolores López Enamorado, en la Presentación del libro, afirma:

 

 ¡Ah! es su segundo libro, tras su poemario Extramuros. Es ésta, como él la subtitula, una Novela lírica, en la que Alfonso alterna diversas técnicas: poemas, diálogos, monólogos, narración, ... Se trata de una obra miscelánea, que nos deja un delicioso regusto de olores, sabores y sensaciones en la piel y en el corazón. ¡Ah!, la novela lírica que nos regala Alfonso, está lleno de lo que él llama "borbotones líricos". Es un relato intimista en el que se van desgranando ideas y vivencias sobre la vida, el amor, la tristeza, a veces con notas de humor irónico, genial. [...]

 

    El título, ¡Ah!, se elige por ser una interjección (es decir, no significa, expresa), la de mayor potencial expresivo en español en multitud de contextos.
    Sin duda, el texto más representativo de esta obra es el poema homónimo, ¡Ah!, que reproducimos a continuación:
 
¡Ah! de dolor, ¡ah! de susto, ¡ah! de sorpresa,
¡ah! de asco, ¡ah! de alegría, ¡ah! de pena, 
¡ah! de angustia, ¡ah! de sueño, ¡ah! de aburrimiento,
¡ah! de risa, ¡ah! de sonrisa, ¡ah! de miedo, 
                   ¡ah! sin porqué.
Soy un ¡ah! exclamativo,
soy un ¡ah! dubitativo, 
soy un ser sin más palabras,
tengo decrépita el alma,
patéticos mis sentidos,
escéptico, y ampliamente
el dueño de la torpeza.
                  Sólo sé decir ¡ah! cuando estás cerca.